Esta serie de lecciones sobre la Ley de Jehová Dios es una introducción a la belleza de la santidad. La santidad va más allá del hecho de que no haya pecado en Dios. Su santidad es la belleza pura de Su Ser amoroso. La esencia de la Ley de Dios es revelada a nosotros en Su santa Ley. Como veremos en nuestro estudio, el Señor Jesús resumió la Ley entera en la palabra “amor”. Esta entrada a una comprensión de la Ley de Dios “a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno” (Rom. 7:12). Una experiencia incómoda con la Ley de Dios viene por-que por causa de nuestra condición caída nos confronta con nuestra pecaminosidad y nuestra culpa. Pablo escribió en Romanos 3:20 que “por medio de la ley es el conocimiento del pecado”. Aun así, la Ley no tenía un efecto tan punzante en Adán y Eva en el Paraíso. Ellos experimentaban la Ley de Dios como su deleite mientras estaba escrita en sus corazones, y la entendían como el reflejo resplandeciente de su Hacedor. Su gozo no tenía limites mientras andaban en obediencia a la Ley de Dios, reflejando la naturaleza de Dios en amor a Él, el uno al otro y a Su creación.
El joven Saulo era religioso. Era celoso para Dios. Era uno de los que pensaba que guardaba la Ley de Dios a la perfección. Decía que era intachable en obediencia. Hasta que Dios lo inscribió en la escuela divina de la Ley. Entonces, Dios hizo que enfrentara el décimo mandamiento. Por primera vez, Saulo entendió que el décimo no era solo el décimo. Este mandamiento era pertinente a los otros nueve. Al entender esto, Saulo admitió que murió. Murió a su auto estima y a su falsa esperanza. Sin embargo, ese descubrimiento fue el comienzo de una nueva vida.
Ponente