Los Diez Mandamientos

El Noveno Mandamiento

Los Diez Mandamientos

Esta serie de conferencias sobre la ley del SEÑOR DIOS es una introducción a la belleza de la santidad. La santidad es más que la ausencia de pecado en Dios. Su santidad es la belleza pura de su ser amoroso. La esencia de la Ley de Dios es revelada a nosotros en su santa ley. Como veremos en nuestros estudios, el Señor Jesús resumió toda la ley con “amor”. Esta puerta de entrada a la comprensión de la ley de Dios puede permitirnos ver por qué la ley de Dios “a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno” (Rom. 7:12). Experimentamos la ley de Dios con inquietud, porque en nuestra condición caída nos confronta con nuestra pecaminosidad y culpa. Pablo escribió en Romanos 3:20 que “por medio de la ley es el conocimiento del pecado”. Aun así, la ley no tuvo un efecto tan punzante en Adán y Eva en el Paraíso. Ellos experimentaron la ley de Dios como su deleite, ya que estaba escrita en sus corazones, y la entendían como el reflejo resplandeciente de la gloria de su Hacedor. Su gozo no tenía limites mientras andaban en obediencia a la ley de Dios, reflejando la naturaleza de Dios en amor a Él, el uno al otro y a su creación. Estas conferencias son un intento de recuperar esta intención original de la ley de Dios, exponiendo cada uno de los Diez Mandamientos desde la perspectiva del dador de la ley y su reflejo de amor devocional. Que Dios bendiga estas conferencias para abrir nuestras mentes y corazones, por medio de su bendito e indispensable espíritu, para la gloria de su ley y, aún más, para la gloria del dador de la ley.

El Noveno Mandamiento

Testificar es una gran responsabilidad. Puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte. Ha salvado a las naciones de la destrucción y a individuos de sentencias injustas. Puede prevenir accidentes y resolver crímenes. Pero también puede desviar a las personas del camino correcto e incluso de Dios. Por lo tanto, Dios nos dirige cómo testificar o compartir información. Por lo tanto, limitar el noveno mandamiento a solo decir mentiras en un tribunal es superficial. El noveno mandamiento trata con algo que hacemos todos los días, es decir, ¡cómo usamos nuestra lengua! Las palabras son vehículos, no solo de pensamientos, ideas o verdades, sino mayormente de amor.