Los Diez Mandamientos

El Octavo Mandamiento

Los Diez Mandamientos

Esta serie de conferencias sobre la ley del SEÑOR DIOS es una introducción a la belleza de la santidad. La santidad es más que la ausencia de pecado en Dios. Su santidad es la belleza pura de su ser amoroso. La esencia de la Ley de Dios es revelada a nosotros en su santa ley. Como veremos en nuestros estudios, el Señor Jesús resumió toda la ley con “amor”. Esta puerta de entrada a la comprensión de la ley de Dios puede permitirnos ver por qué la ley de Dios “a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno” (Rom. 7:12). Experimentamos la ley de Dios con inquietud, porque en nuestra condición caída nos confronta con nuestra pecaminosidad y culpa. Pablo escribió en Romanos 3:20 que “por medio de la ley es el conocimiento del pecado”. Aun así, la ley no tuvo un efecto tan punzante en Adán y Eva en el Paraíso. Ellos experimentaron la ley de Dios como su deleite, ya que estaba escrita en sus corazones, y la entendían como el reflejo resplandeciente de la gloria de su Hacedor. Su gozo no tenía limites mientras andaban en obediencia a la ley de Dios, reflejando la naturaleza de Dios en amor a Él, el uno al otro y a su creación. Estas conferencias son un intento de recuperar esta intención original de la ley de Dios, exponiendo cada uno de los Diez Mandamientos desde la perspectiva del dador de la ley y su reflejo de amor devocional. Que Dios bendiga estas conferencias para abrir nuestras mentes y corazones, por medio de su bendito e indispensable espíritu, para la gloria de su ley y, aún más, para la gloria del dador de la ley.

El Octavo Mandamiento

El amor al dinero es la raíz de todos los males. Aunque las Escrituras apoyan esta verdad con muchos ejemplos, la humanidad no aprende. La avaricia hace que le pongamos nuestras manos en lo que no se nos ha dado. Es muy perturbador descubrir que tu casa y tus pertenencias más preciadas han sido robadas. Por lo tanto, es la bondad de Dios legislar el octavo mandamiento. Pero el alcance de “no hurtarás” es mucho más amplio que el robo literal. Dios también nos llama a ser buenos administradores de lo que nos permite poseer en la tierra.