En Mateo 18:15, Jesús dice: “Si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele”. La unidad y la paz son fundamentales para la Iglesia, ya que la estrategia de Satanás es dividir y conquistar. Nuestro Señor Jesucristo ha delineado la manera de mantener la unidad en la Iglesia frente al pecado. Una confrontación amorosa, amable, pero clara, según las instrucciones detalladas de Jesús, traerá bendición a todas las partes involucradas.
En esta conferencia, el pastor A. T. Vergunst dirige nuestra atención a los detalles de las instrucciones de nuestro Señor Jesucristo sobre los dos últimos niveles de resolución de conflictos dentro de la Iglesia de Dios. Si el nivel privado de confrontación no tuvo éxito, Cristo nos dice que llevemos con nosotros a uno o dos testigos. Pero ¿quiénes deben ser ellos? ¿Y cuál debe ser su función? Este proceso es largo y no inmediato, y debe ir acompañado de mucha preparación y oración. Si aun así no se logra el propósito, Cristo nos manda llevar el asunto a la iglesia. Pero ¿cómo se hace eso? ¿Quiénes deben ser incluidos? ¿Cómo debemos responder? Debemos rodearlos en oración y en la práctica del amor, porque el alma de nuestro hermano en la fe está en grave peligro.