Antiguo Testamento No camines como el mundo
Al responder una pregunta sobre quién sería salvo, Jesús dijo lo que iba a suceder con aquellos que solo lo confesaban con sus labios: «Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad» (Lucas 13:27). ¿Por qué se les dijo que se aparten, si ellos habían confesado a Jesucristo con sus labios? Porque su andar diario era contrario a lo que profesaban. En otro lugar, Jesús dijo que a un árbol se le conoce por sus frutos: «Porque cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de los espinos, ni se vendimian uvas de las zarzas» (Lucas 6:44). La segunda parte de Levítico trata en gran parte sobre los frutos, y cómo deben estar presentes en la vida de los creyentes.