Antiguo Testamento Caín y Abel
Caín mató a Abel. Se no cuenta que la sangre de Abel clama desde la tierra. ¿Y qué es lo que clama? Clama por justicia. Sin embargo, hay una sangre que «habla mejor que la de Abel» (Heb 12:24). Esta es la sangre de Cristo; su sangre ha satisfecho las justas exigencias de la Ley de Dios. La sangre de Cristo clama por misericordia y perdón.