Los Diez Mandamientos El Décimo Mandamiento
El joven Saulo era religioso. Era celoso para Dios. Era uno de los que pensaba que guardaba la Ley de Dios a la perfección. Decía que era intachable en obediencia. Hasta que Dios lo inscribió en la escuela divina de la Ley. Entonces, Dios hizo que enfrentara el décimo mandamiento. Por primera vez, Saulo entendió que el décimo no era solo el décimo. Este mandamiento era pertinente a los otros nueve. Al entender esto, Saulo admitió que murió. Murió a su auto estima y a su falsa esperanza. Sin embargo, ese descubrimiento fue el comienzo de una nueva vida.